Esto es solo un anuncio. No es una promesa, ni siquiera una realidad. Pero quiero que sepas que es lo que corre por mis sesos en este momento, cuando me pongo a pensar en el futuro de mi escritura.
Ya sabes (o deberías saber) que me hallo escribiendo la segunda parte de Canción Eterna, que es una historia compleja y profunda de fantasía épica adulta, y que me llevará todavía algún tiempo. Confieso que está siendo para mí una experiencia puramente placentera, y que el hecho de que me proporcione tantos momentos, no solo de alivio o evasión, sino antes bien, de intensa felicidad, es una de las causas de que me esté retrasando, quizás inconscientemente, a la hora de terminar el manuscrito. Pero también la vida tiene sus obstáculos, y son estos la principal circunstancia que me ha impedido hasta ahora llegar hasta el final de este trayecto. Un trayecto que ya tiene 746 etapas en forma de páginas de word, y que crece y crece, porque es un inmenso árbol repleto de yemas, brotes, ramas y raíces.
Pero algún día aparcaré por un tiempo Canción Eterna. Entonces me gustaría cambiar de tercio completamente, y tengo pensado escribir un pequeño libro de autoayuda, especialmente pensado para gente que sufre y para jóvenes que no tienen claros los retos y objetivos de su vida. Paralelamente, me gustaría crear un grupo de personas que pudieran inspirarse en mi libro para comentar, compartir y, ¿quién sabe?, solucionar sus problemas. Aún no sé cómo lo haré. Pero lo haré.
¿Qué os parece?