Si es de noche, lo es.
Dile a la noche que amanezca, o al sol que regrese.
Hablarás en vano.
Así también los malos amigos. Esperan el momento para escabullirse. Y no regresarán aunque grites sus nombres.
El silencio es su lenguaje. La ausencia, su legado. Los recuerdos, su látigo.
¿A que os ha pasado a vosotros también?
Tranquilo, hombre, antes o después, la noche termina y el sol renace.
Lo importante es que te encuentre bailando sin cesar.