He vuelto a sentirlo, ¿sabéis?
Me he sentado a escribir, no he hecho gran cosa, solo releer y corregir unas 18 páginas de Balada Oscura, pero ¡qué gozada!
No puedo hacer que lo entendáis. Se ve que soy un escritor sin palabras, sin capacidad para expresar algo tan especial y sublime. Solo puedo invitaros a que lo sintáis vosotros mismos.
Regresar a Somnia, a Taryan, a Bruz, a Ail, y estar de nuevo ante Húra, ante Amhesmu… leer y revisar esas páginas llenas de oscuridad y de pasión a la vez… no sé, hay espiritual, oceánico, místico, en todo esto.
Casi es como sentir a Dios.
Gracias, amigos, por esperarme, por aguardarme. Creo que ya estoy aquí, al menos una parte de mí. Estoy con vosotros, de cuyo lado de debí irme nunca.
Sigo enamorado de la literatura. Escribir sigue siendo mi vocación, esa parte de mí sagrada y pura.
¿Sabéis? Creo que llegaré al final. Voy a lograrlo. No porque lo merezca, sino porque vosotros lo merecéis, y porque hay alguien a quien le importa.
El arte es vida, como la vida es arte.